domingo, 5 de junio de 2016

ARAÑA


Para que se entienda mejor e ilustrar cómo actúa la letra en el idioma español, pondré el ejemplo de un nombre común tan popular como es el del artrópodo ARAÑA y que tiene el connatural significado de TEJEDORA, aunque no solo en el sentido de hilar un tejido, tal como se pudiera pensar, sino de urdirlo con la intención de enredar. Y es que en el léxico español existe la entrada “enredadora” pero únicamente para aplicar a quien “complica las cosas” y no alude a quien lo hace mediante “hilar un entramado”. No obstante ese concepto lo tenemos en nuestro léxico, y esa inadvertida palabra es “ARAÑA”. Se trata de un antiquísimo ACRÓNIMO IBÉRICO que define a quien “actúa (tejiendo una) trama”. Su origen etimológico se encuentra en una locución dada por nuestros ancestrales antepasados y que ha permanecido desde hace miles de años preexistente en nuestro léxico. Verán, el sustantivo ARAÑA no únicamente es una palabra que tiene una definición como es conocida; es el resultado, a su vez, de dos raíces léxicas en una frase que detenta una significación desde su vertiente semántica. Y es porque la locución española [AR] [AÑA] se compone de dos monemas. Esto supone que nos encontramos ante dos lexemas. Unidades mínimas dotadas de significación y articuladas en un antiquísima frase ibérica: áq ámíá “Araña”. Se trata de un verbo y un sustantivo que yuxtapuestos definen el concepto de quien “añade” o “agrega” con astucia. La ARAÑA justamente es un animal que CAPTURA a sus presas de este modo. También es importante tener en cuenta que ARAÑA es una RED, incluso algo o alguien que con lazo o truco APREHENDE o TOMA. Y eso es porque TRAMAR en la antigüedad era la habilidad textil de TEJER una hebra, un filamento o el hilo.

Bien, para fijar el nombre común en español ARAÑA es necesario conocer las raíces pres helenas y es que no hay consenso entre quienes derivan el nombre del latín Aranea y quienes lo derivan del griego ἀράχνη. No se debe derivar de uno ni tampoco del otro. Con toda franqueza, lo que sucede es que muchos y distintos idiomas se nutren de las mismas raíces pres helenas, por ello en unos casos los términos tendrán relativa similitud y en otros difícilmente porque habrán tomado otra diferente raíz. Y es que cada lengua tiene su particular modo de expresarlo y de completar sus propios términos. En absoluto derivan uno del otro ni entre ellos, se tenga por más cierto. Cada idioma lo resuelve desde su pragmatismo y gramática. Además en el vocablo que nos ocupa ortográficamente hay una clara evidencia de ñeísmo. Así que tuvimos durante todo este tiempo este término desubicado porque ARAÑA siempre fue ARAÑA.

áq
ΑΡ
AR
Verbo ibérico: ACTUAR
ámíá
ΑΝΙΑ
AÑA
Sustantivo ibérico: TRAMA

Veamos de qué modo se construye la antiquísima locución ARAÑA: El acrónimo en cuestión se forma a partir del verbo ibérico áq “Ar” que significa “ACTUAR” más el sustantivo ibérico ámíá “Aña” que significa “TRAMA”. Aglutinados dan como resultado el acrónimo ibérico áqámíá “ARAÑA” que literalmente quiere decir que “actúa (tejiendo una) trama”.  Naturalmente, todos sabemos que, lo que se pretende es agarrar o contener, “HACER UNA PRESA”. Pero déjenme les anuncie una primicia, la lengua española curiosamente admite la entrada AR en su léxico como una interjección y es porque entiende que se trata de una orden para realizar un movimiento inmediato. Realmente ¿no se dan cuenta? eso es justo la función del verbo y en especial ACTUAR.