Para que
se entienda mejor e ilustrar cómo actúa la letra ῆ
en el idioma español, pondré el ejemplo de
un nombre común tan popular como es el del artrópodo ARAÑA y que tiene el connatural
significado de TEJEDORA, aunque no solo
en el sentido de hilar un tejido, tal como se pudiera pensar, sino de urdirlo con
la intención de enredar. Y es que en
el léxico español existe la entrada “enredadora” pero únicamente para aplicar a
quien “complica las cosas” y no alude a quien lo hace mediante “hilar un
entramado”. No obstante ese concepto lo tenemos en nuestro léxico, y esa
inadvertida palabra es “ARAÑA”. Se trata de un antiquísimo ACRÓNIMO IBÉRICO que
define a quien “actúa (tejiendo una) trama”. Su origen
etimológico se encuentra en una locución dada por nuestros ancestrales antepasados
y que ha permanecido desde hace miles de años preexistente en nuestro léxico. Verán, el sustantivo ARAÑA no únicamente es una palabra
que tiene una definición como es conocida; es el resultado, a su vez, de dos
raíces léxicas en una frase que detenta una significación desde su vertiente
semántica. Y es porque la locución
española [AR] [AÑA] se compone de dos monemas.
Esto supone que nos encontramos ante dos lexemas.
Unidades mínimas dotadas de significación y articuladas en un antiquísima frase
ibérica: áq ámíá “Araña”. Se
trata de un verbo y un sustantivo que yuxtapuestos definen el concepto de quien “añade” o “agrega” con astucia. La ARAÑA justamente es un
animal que CAPTURA a sus presas de este modo. También es importante tener en
cuenta que ARAÑA es una RED, incluso algo o alguien que con lazo o truco APREHENDE o TOMA. Y eso es porque TRAMAR en la antigüedad era
la habilidad textil de TEJER
una hebra, un filamento o el hilo.
Bien,
para fijar el nombre común en español ARAÑA es necesario conocer las raíces
pres helenas y es que no hay consenso entre quienes derivan el nombre del latín
Aranea y quienes lo derivan del
griego ἀράχνη. No se debe derivar de
uno ni tampoco del otro. Con toda franqueza, lo que sucede es que muchos y
distintos idiomas se nutren de las mismas raíces pres helenas, por ello en unos
casos los términos tendrán relativa similitud y en otros difícilmente porque
habrán tomado otra diferente raíz. Y es que cada lengua tiene su particular
modo de expresarlo y de completar sus propios términos. En absoluto derivan uno
del otro ni entre ellos, se tenga por más cierto. Cada idioma lo resuelve desde
su pragmatismo y gramática. Además en el vocablo que nos ocupa ortográficamente
hay una clara evidencia de ñeísmo.
Así que tuvimos durante todo este tiempo este término desubicado porque ARAÑA
siempre fue ARAÑA.
áq
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ΑΡ
|
AR
|
Verbo
ibérico: ACTUAR
|
ámíá
|
ΑΝΙΑ
|
AÑA
|
Sustantivo
ibérico: TRAMA
|
Veamos de qué modo se construye la antiquísima locución ARAÑA: El acrónimo
en cuestión se forma a partir del verbo ibérico áq “Ar” que
significa “ACTUAR” más el sustantivo ibérico ámíá “Aña” que significa “TRAMA”.
Aglutinados dan como resultado el acrónimo ibérico áqámíá “ARAÑA” que literalmente quiere decir
que “actúa (tejiendo una)
trama”. Naturalmente, todos sabemos que, lo
que se pretende es agarrar o contener, “HACER UNA PRESA”. Pero déjenme
les anuncie una primicia, la lengua española curiosamente admite la entrada AR en
su léxico como una interjección y es
porque entiende que se trata de una orden para realizar un movimiento
inmediato. Realmente ¿no se dan cuenta? eso es justo la función del verbo y en especial ACTUAR.