Raíces
catalanas en Samotracia
Katalakoç
enrique
cabrejas©2013
e-nstitut ideal nol©2013
Viajen hasta
una localidad con un paisaje severo pero agradable. De gente
sencilla, amable y hospitalaria. Se trata de una isla de gran
belleza, minimalista. Una isla de auténtica delicadeza.
Históricamente sus habitantes son descendientes de los conocidos
viajeros Argonautas. Viven en antiguas aldeas y sin la
ansiedad que invade a los habitantes de las grandes ciudades. Desde
los años de la antigüedad se han ocupado a la agricultura y a la
ganadería, actualmente también al turismo y la restauración. Sus
danzas y bailes se mueven a ritmo lento. Las creencias y costumbres
de muchos de sus pueblos están asociados a la cercana península de
Asia Menor, y esto es notorio en sus villas. Muchos de sus antiguos
habitantes encontraron refugio allí, tras la persecución sufrida
durante años por los piratas y en las continuas guerras.
Den un
vistazo y es como cualquier otro pueblo de la Costa Brava catalana.
Las calles están repletas de turistas como en un entrañable puerto
del Ampurdà gerundés. Cambiar este maravilloso lugar, que
antiguamente tuvo que ser peligroso al encontrarse expuesto a la
imparable llegada de embarcaciones hostiles de cualquier isla o
litoral del mar Egeo, tuvo que ser duro para ellos, sin duda pero
posiblemente una decisión necesaria. Todo es salvaje, agreste pero
natural y moderado. De súbito, te sorprenden unas inesperadas dunas.
El cielo es claro, la tranquilidad y el silencio recuerda el paisaje
asolado que un día conocí en el Delta del Ebro tarragonés. De
regreso al pueblo, en las terrazas al aire libre se respira un
ambiente distendido. Suena un acordeón y en una taberna de Ατσική
“Atsiki” y que es el municipio del pueblo a donde nos dirigimos;
Καταλακο “Katalako”. Es decir: Lo Català.
Hombres y mujeres de cierta edad animosos y relajados se reúnen
entorno a una mesa y entonan canciones tradicionales, mientras una
joven camarera no da abasto a servir vinos y refrescos con todo tipo
de tapas de queso, pastas y pescado. Si no fuera porque cantan en
perfecto griego, diría que estamos escuchando las típicas habaneras
de los entrañables marineros de Calella, y en la misma Palafrugell.
Hoy, 23 de
Agosto de 2012 descubro unos orígenes catalanes en la hermosa isla
griega de Lemnos:
Καταλακο
“Katalako” es una recóndita aldea de la isla griega de la
originariamente llamada Λήμνου “Limnou” y que hoy
recibe y es conocida con el nombre de “Lemnos” en la Región
Norte del Egeo. Κατάλακο Λήμνου y en catalán
“Port Nou del Sot”. Puerto Nuevo de la Rambla, dicho en
castellano y es que este humilde lugar está situado en una
torrentera. Es llamativo que incorpore al nombre el artículo neutro
catalán “lo” pero escrito lógicamente en griego“κο”.
No es muy
común una ciudad o un pueblo de Grecia que lleve agregado el
artículo neutro “ko” como el caso de Katalako
de Lemnos, y tampoco lo es en la Península Ibérica… no lo es
excepto allí donde se debe esperar que lo lleve, porque en España
tenemos otro lugar que lo lleva igual, sólo que siempre lo hemos
visto escrito con ortografía latina: Tarraco, es decir la
prerromana Ταρρακο y sabemos que “k” pasa a ser “g”
en la denominación posterior para una actual Tarragona. Así que
tanto en la isla griega de Lemnos como en la antigua Cataluña de la
península ibérica tenemos el mismo artículo neutro para una
ciudad, porque sepan que Tarra existió. Fue una ciudad antigua en el
centro de la isla de Creta. La tradición escrita la considera como
un enclave religioso con muchos templos de ofrendas y culto para el
dios “Apolo Tarraiou”. Tarra estaba ubicada en un entorno
encantador, natural pero inhóspito. Tenía buena fortificación para
protegerse de frecuentes incursiones de piratas, y los residentes se
suministraban de agua potable desde un desfiladero, el de Samaria.
Tarra, por las evidencias arqueológicas sabemos que fue fundada en
los principios de los tiempos históricos por los Dorios. Es decir
que era una ciudad independiente cretense, respetada por los tratados
y contactos con ciudades de las zonas de la llanura del Messara y
otras ciudades-estado del Egeo: Rodas, Corinto, Atenas, etc y con las
cuales formaba una federación. Se llamaba Κοινόν y que
significa “común”. La ciudad acuñó su propia moneda, que por
un lado en el anverso es una abeja y en el otro por el reverso la
cabeza de la cabra salvaje de Creta.
Regresando a
la isla de Lemnos, una ciudad próxima a Καταλακο es
la ciudad de Σαρδες “Sardes”. Un pueblo donde se
bailan danzas tranquilas de la ciudad y que luego tras su paso por
Sardegna renovadas ya en Catalunya, es decir añadiendo ανα
“nueva” las llamaron “Sardanas”.
Desde
aquella isla de Limnou, allí donde se cultiva y proceden las
semillas del preciado “Μοσχάτο Λήμνου, το νέκταρ
των θεών” es decir el “Muscat de Lemnos, el néctar de
los dioses”. Nosotros en Catalunya le llamamos “vi moscatell” y
en el resto de España “vino moscatel”. Obsérvese que para
decirlo, justo en un griego de Lemnos decimos Μοσχάτο. Un
sintagma compuesto de las palabras Μοσ+χατο “Mos y
cható”, dos palabra hoy catalanas de gran significación para
nosotros y también de una milenaria tradición indiscutible. Anar
a fer un mos significa “ir a comer” y
cható es una conocida salsa catalana. El xató
el cual hasta con otra y distinta ortografía, lo escribimos en
catalán exactamente igual que ellos, y no sólo eso, sino que además
lo decimos tal cual. El “cható” es una salsa elaborada a partir
de almendras y avellanas tostadas, miga de pan con vinagre, ajo,
aceite, sal y ñora. Son ingredientes muy característicos
mediterráneos. Esta salsa que acompaña a la ensalada de escarola
con anchoas, atún y bacalao, se atribuyen su paternidad ciudades
tales como Vilanova y la Geltrú, Vendrell, Sitges y Vilafranca del
Penedes. Con su permiso doy un veredicto: “The winner is… ?!”
¡Todas! Porque el origen del xató pertenece a la cultura del
vino. Y dicho en su expresión más canonizada, pues no se trata sólo
de un vino sino de una ambrosía santa en un ritual bendito y
consagrado. Cuando el vino estaba a punto de ser catado se aixetonaba
las cubas y se colocaba un pequeño grifo aixetó para servir
el vino. Este instante marcaba el comienzo de la fiesta del vino
nuevo. Una celebración que se acompañaba de una comida con
ingredientes salados como el pescado y que se encontraba en las casas
de los pescadores y también de los campesinos de la localidad. La
servían con hojas de la verdura correspondiente a la temporada de
invierno y una ensalada con salsa. Esta comida que acompañaba a la
ceremonia de abrir la bota de vino, es el motivo del actual xató.
El origen de esta salsa sacramental por lo tanto se encuentra
en nuestra casa pero primeramente en nuestros propios orígenes, los
que tenemos los catalanes en esta bienquerida isla samotracia de
Lemnos.
En el otro
extremo de la isla se encuentra Πορτιανου es decir
“Portianou” que lleva el nombre de puerto, de la diosa
Titán (Tía) y también de lo que es nuevo, todo junto al
tratarse de un sintagma y en un claro vocabulario catalán. Pues
bien, les decía que cerca de “Portianou” se encuentra la ciudad
de Θάνος “Tanos” y allí leo la siguiente
inscripción: “χτισμένο στις πλαγιές του
Κάκαβου” algo así como: “Construido en la ladera de
Kakabou.” ¡No me lo puedo creer! Permitan que no les
traduzca que significa en catalán “cacabou”, aunque ya se lo
pueden imaginar ¿verdad? Miren, nuestro cuento más popular y que a
los niños catalanes nos contaron alguna vez, fue el de “el
Patufet”: “Patufet, on ets? – Sóc a la panxa del bou.” (
Patufet ¿dónde estás? – En la barriga del buey. ) Pero de todas
las expresiones que hemos heredado de nuestros abuelos en Catalunya
quedan muy pocas. Somos una generación con un léxico cada vez menor
y no quisiera decir también más simple. Aunque por poco léxico que
poseamos hoy en día, hay una dita “un dicho” que
los catalanes lo hemos escuchado o usado alguna vez, y es una
exclamación: La Mare del Tano! que es cómo decirte: “¡La
madre que te parió!” Es una de las frases importantes de la lengua
catalana, y no para insultar sino para expresar sorpresa. Y es que
según dice la leyenda popular; cuando se prohibió circular de noche
por la calle con capas largas y sin farolillo, un tal Tano salió a
pasear de noche sin iluminación; y cuando los guardias lo pararon
sacó un farolillo apagado que llevaba en su bolsa y se excusó
diciendo que fue aconsejado por su madre. No pudieron recriminarle
nada, porqué en la disposición de la ley no decía que se tuviera
que ir con el farolillo encendido: “¡La madre que te parió!”
¿Pero Tano
tiene algún sentido o
significado al margen de todo esto? Por supuesto, “Tano”
significa inmortal y
eso es exactamente lo que son los antiguos dioses griegos “Los
Titanes” y que fueron los dioses de nuestros íberos y celtíberos
en la península ibérica. La ortodoxia histórica les atribuye una
descendencia celta pero es un error colosal de la comunidad
científica. Es un verdadero Axioma. Sólo puedo recordárselo una y
tantas veces sea necesario hasta tengan la voluntad de comprobarlo.
Les ayudaré. Recuerden que aquí esos pueblos recibieron el nombre
Tanos: Carpetanos,
Layetanos,
Lusitanos,
entre muchos otros. Y recibieron esos nombres, aunque nunca nadie nos
lo dijera antes ni tampoco nos diera un por qué y es que fue pues
justamente por su religión, por sus ritos, por sus creencias. La que
daba culto a los Titanes
antes del nacimiento de los dioses Olímpicos en la antigua Grecia y
al regazo del monte Olimpo. Nuestros antepasados fueron los antiguos
griegos: Minoicos y Micénicos.
Pero bajemos
del monte Olimpo y volvamos al mundo terreno y en los restaurantes de
la playa de Romeikos Gyalos acompañan los platos con salsas.
Y antes hablamos de ello, y la receta más popular en Catalunya es
una picada para acompañar los calçots, que son unas
cebollas suaves o puerros. Esta salsa se llama “Romesco”, y mira
por donde que casualidad, Romeikos el nombre de una de las
playas populares de la isla de Lemnos y que usan los mismos
ingredientes de su región, al igual que los nuestros para cocinar
sus salsas. Pero ahora no estoy en Tarragona, de donde se dice que es
originario el Romesco.
Limnou
“Lemnos” la isla del dios del fuego Ἥφαιστος
“Hefestos”, hoy sus tradiciones siguen bien vivas y vigentes en
nuestro litoral con la llegada de la primavera y del verano a los que
recibimos con hogueras, fallas, lumbres, brasas y gran ardor. Y he de
decir que hay en esta pequeña isla más etimología catalana que en
toda la comarca del Penedés. Y alguno puede pensar, eso es que algún
turista catalán y de paso por la isla habrá dado todos esos
nombres, pero ¿es que los dio en griego y con un significado
etimológico propio del griego también? ¡Por favor! No hay mayor
ciego que el que no quiere ver y tampoco mayor sordo que aquel que no
quiera escuchar. ¿Qué me dicen de xató o xato?
incluso lo usamos para dirigirnos a alguien de un modo muy cassolà
“cotidiano”. Limnou, Katalako, Sardes, Portianou, Tanos,
KakaBous, la lista sería interminable y podría seguir y no es
que digas: ¡Anda! Todo esto es igual dicho en griego que dicho en
catalán pero escrito de otro modo. Con otra ortografía. Pero es que
hasta en sus danzas tradicionales podrán verlos bailando tomados de
la mano con pasos lentos de antigua sardana, con faixes
“fajas” a la cintura y hasta calados con barretinas,
porque no se si se habrán dado cuenta ya, pero... Ho diré clar i
català: Els catalans som katalakoç.
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Les
sugiero estudien mi publicación en la cual doy debida cuenta de todo
ello con detalle: Cabrejas
Iñesta, Enrique (Enero 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN
978-84-9030-665-9. Colección: Investigación. Editorial Círculo
Rojo. Almería. DEPÓSITO LEGAL: A 1185-2012.
Comunicado
por Enrique Cabrejas Iñesta con fecha 14 de Marzo de 2013
(Barcelona)
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