jueves, 28 de marzo de 2013

EL LATÍN VULGAR (lo que nunca hablamos)


El Latín Vulgar
(lo que nunca hablamos)
enrique cabrejas©2013
e-nstitut ideal nol©2013

Aquellos que defienden que el español es una continuación del latín vulgar, y que como sabrán es la versión oficial del origen de la lengua castellana no tienen prueba alguna de la existencia de ese supuesto lenguaje. El latín mal escrito es otra cosa distinta, y es casi subrealista que esta teoría haya permanecido hasta nuestros días sin que nadie opusiera ningún dime o reparo al respecto. No obstante hay una explicación, nadie pudo darse cuenta porque desde los tiempos de los íberos y de los celtíberos nadie supo leer su escritura y advertirlo. ¿Advertir qué? Pues que la lengua española aun nunca usara su misma escritura está basada en la lengua vernácula y hablada íbera y celtíbera.

Verán, cuando la ortodoxia indiscutible pretende demostrar motu proprio que todo tiene origen en un supuesto latín hablado llamado vulgar, para probarlo en lugar de hacerlo en ese supuesto eslabón perdido y progresivo hacia el romance lo hacen directamente en latín. ¿Por qué? Porque usamos la ortografía latina para escribir, pero el latín no sólo en su corpus o collocation sino fonéticamente es diametralmente opuesto al castellano. A mí hasta el momento, cuando mis amigos me invitan a salir, no lo hacen llamándome para: “Nunc est bibendum” ni tampoco si se interesan por lo que digo me sueltan: “Res tenet verba sequntur” ni nada que a poco se le parezca. ¿A ustedes sí? Son los mismos que dijeron que los celtíberos fueron indiscutiblemente celtas. Y tal vez un nombre como Retógenes les parezca celta, sin embargo a mí desde luego no me lo parece en absoluto, y quizá sea porque conozco que significa este nombre. Miren, ¿cómo es posible? un celtíbero llamado por la historia "Retógenes", conocido por ser un símbolo y un reconocido héroe de la resistencia numantina contra la ocupación de Roma en la península ibérica y que su nombre no tenga significación ni relación alguna con el celta y que en cambio se componga de palabras griegas comunes. En realidad ΡΕΤΟ es decir reto significa “difícil”, exactamente igual que hoy lo conocemos y decimos en español. Claro ¿qué pensaban? porque nuestra lengua viene del íbero y del celtíbero y no del latín. En cuanto a ΓΕΝΝΕΣ es decir genes, significa “nacimiento” y todas las sucesivas generaciones de españoles conocemos esa palabra y la escribimos tal cual como los celtíberos, con sólo una letra “n” y no con dos al estilo y uso de los griegos. Es nuestra lengua, siempre lo fue, pero nos cambiaron el modo de escribirla. Nos cambiaron la grafía propia íbérica que es nuestra lengua vernácula y que fue griega antigua pero escrita de otro modo y nos la romanizaron, pero ello no implica que sea latín, de hecho no lo es y tampoco lo fue nunca vulgar. Ahora ya saben que Retógenes significa “nacido de difícil parto”. Es un sintagma celtíbero, en cambio el latín que era otro idioma, lo fue de nobles y patricios romanos usado en la literatura y en la administración. Fue un idioma muy visible pero sin ninguna implementación en nuestro acervo popular y nuestro primigenio idioma no fue celta ni por supuesto el latín, aun menos uno al que llamaron vulgar y que nunca existió pero que sirvió para explicar lo que no se conocía antes: La excelencia de nuestro idioma reside en la escritura ibérica y en la antiquísima lengua de los íberos y los celtíberos.

Retógenes junto con Megara fueron dos destacados resistentes numantinos. “Megara” como jefe de los numantinos fue capaz de derrotar en numerosas batallas a los romanos a base de usar el ingenio y la estrategia. Tanto, que hizo dudar y llegó a desmoralizar al ejército más poderoso del mundo. ¿Pero no se dan cuenta? Μέγαρα “Megara” es una palabra antigua griega que significa “mansión” o si prefieren “casa grande”. Y es fácil de ver, todos conocemos que la palabra mega significa “grande”. Pero incluso es más, en la mitología griega “Megara” es el nombre de la hija de Κρέων “Creonte” rey de la ciudad de Θῆβαι “Tebas” y esposa de Ἡρακλῆς “Heracles” nada menos que el héroe nacional griego. Y por si fuera poco, también es el nombre para una antigua ciudad de la Attica Griega que fue la gran aliada de Esparta. Me pregunto como pudieron urdir y argumentar hasta el día de hoy que los celtíberos eran pueblos celtas sin que nadie lo advirtiera y que además hablasen latín vulgar. Parece increíble, la verdad.

Quizá no conozcan la interesante historia de Retógenes, pues permitan que se la cuente brevemente: Entre los jóvenes a quienes los romanos ejecutaron cortando las manos se encontraba Retógenes, es decir ΡΕΤΟΓΕΝΕΣ y sabemos por el historiador Αππιανός “Apiano” que Retógenes fue un personaje histórico protagonista de uno de los episodios de la resistencia numantina más inverosímiles de la historia: Verán, cuando las condiciones de penuria y escasez de alimento fueron extremadamente graves y los numantinos morían de hambre y sed, Apiano nos dice que “Retógenes, un numantino apodado Caraunio, el más valiente de su pueblo...” Les resumo la historia, cuenta que Retógenes cruzó sin ser descubierto, en una noche de altas nieves, las tierras que había entre ambos ejércitos en compañía de cinco hombres, unos sirvientes y los caballos. Así pues, Retógenes tuvo que ser sin lugar a dudas un distinguido noble entre los numantinos. El relato es formidable porque cuenta que fue capaz de burlar la vigilancia de los legionarios llevando una escala plegable por la que saltaron por encima del muro de circunvalación. Pero no sólo él y sus hombres, sino que tirando de las riendas, también hizo subir a los caballos con la dificultad que eso tuvo que entrañar. Luego cabalgaron en dirección hacia las ciudades de los ΑΡΕΒΑΚΟΣ con ramas de olivo de suplicantes, solicitando su ayuda en virtud de los lazos de sangre que les unían. Cuando llegaron a la ciudad de Lutía, los jóvenes de esa ciudad quisieron unirse a ellos pero vencido por el miedo y las represalias hacia sus familias, alguien les traicionó con la vana esperanza de que colaborando se le perdonaría la ofensa. Olvidaron como las gasta un indolente Reich y Escipión les prometió que a cambio de entregarle 400 jóvenes de rehenes, disculparía su acto de rebeldía y les dejaría vivir en paz. Fueron tan ingenuos de caer en la ruindad de entregarlos, y a continuación Escipión inmediatamente ordenó ejecutarlos cortándoles las manos. Perdonen pero, no se puede ser más abyecto. Al día siguiente, sin oposición ni resistencia entró en la ciudad de Lutia y la arrasó aniquilando a todos sus habitantes. Luego, exhibió los cadáveres de los jóvenes mutilados frente a la ciudad de Numantía. Eso tuvo que suponer un mazazo psicológico definitivo a los numantinos. Los numantinos habían resistido lo indecible durante todo ese tiempo y nadie esperaba su rendición. Los romanos fueron los primeros sorprendidos cuando cesó el bullicio de la ciudad, y cautelosos empujaron las puertas y se dieron de bruces con un panorama tan inesperado como dantesco. Lo que no pudieron soportar los numantinos no fue su propio sufrimiento sino el final dado a los jóvenes de Lutia. Probablemente en ese instante, comprendieron que si caían en manos de los romanos quedarían excluidos de una vida eterna. Por eso y no por una probable derrota pusieron fin a su vida según sus ritos y costumbres, en una hecatombe antes de que se la arrebataran los romanos atrozmente cortándoles manos y brazos. Los íberos y los celtiberos cuyos ritos, cultos y costumbres eran helenas y no celtas como sostiene la ortodoxia histórica, necesitaban de sus manos y brazos para ayudar a su dios a sostener el mundo en el instante de su liberación, es decir a la hora de penetrar a la vida verdadera en el inframundo.

La historia es muy triste y de una dureza y crueldad sin límites, pero no me negarán que a la vez no es excepcional por el coraje que mostró Retógenes. No hay que olvidar que en su reconocimiento le dieron un sobrenombre, y siempre un apodo se recibe por alguna razón. Si nosotros apodamos a Manolo “el del bombo”, tuvo que ser por algún motivo, y ustedes pueden explicarlo perfectamente: “Se le apodó Manolo – el del bombo – porque acudía a los estadios con un bombo para animar a nuestros héroes de la selección.” Es fácil, ustedes lo saben, todos nosotros lo sabemos. Y la gesta de Retógenes es digna de pasar a los anales de la historia como uno de los héroes de la antigüedad, pero Apiano nos dijo que Retógenes tenía un sobrenombre, ¿recuerdan? “El Caraunio”. Y bien, ¿no les llama la curiosidad saber por qué razón le pusieron este apodo? Seguro que sí, pero no nos han dado una explicación a esta interesante cuestión nadie de aquellos que nos dice que Retógenes es el nombre de un celtíbero que proviene de una tribu celta o celtizada. Y es que no conocen el motivo, de lo contrario nos lo hubieran dado, ¿no les parece? pero no… silencio. Nuevamente silencio. Siempre silencio cuando se trata de explicar este periodo histórico. Desde luego si tuviera que dar explicación a este nombre céltico de Caraunio también sería incapaz de hacerlo. Afortunadamente no tengo que hacerlo de ese modo, porque es una línea de investigación completamente equivocada y que no conduce a ningún lugar. Sin embargo sí que puedo explicarlo y hacerlo perfectamente, ya que el sobrenombre de Caraunio tiene un significado en celtíbero, y que no es otra cosa que un nombre antiguo griego. Un acrónimo o sintagma, que era la sintaxis habitual de los celtíberos.

Si ustedes consultan la RAE les dirá que la palabra “cara” viene del latín “cara”. Es la cuadratura del circulo de la historia de la lingüística del español porque todo el mundo lingüístico sabe que cara en latín no es “cara” aun lo inscriban en su diccionario, sino que es faciem y se pronuncia /fachiem/. No cuela, hay total consenso entre los lingüistas de todo el mundo que saben perfectamente que “cara” viene del griego: κάρα (cara), más si leyeron a Sofocles, lo diga la RAE o el sursum corda. No obstante, los españoles aun la palabra la escribimos con letras latinas la seguimos pronunciando en un perfecto celtíbero años después: /kara/ con una “K” de kilo así de grande. Hasta los ingleses pronuncian la palabra más próxima al latín que nosotros cuando dicen “face”, y nosotros aun no nos hemos enterado que nuestras palabras de hoy son las mismas palabras de los celtíberos de ayer. Pues /kara/ era el modo con que los antiguos griegos describían un semblante, y nosotros lo hacemos igual y además por si fuera poco, el vocablo unio también tiene significado y es el de “cuerda”. Si ustedes se preguntan para que sirve una cuerda, llegarán a la conclusión de que sirve para “atar” o “unir”. Bien, ustedes tal vez sigan pensando que ΚΑΡΑΥΝΙΟ “caraunio” es un nombre celta, están en su derecho, pero en antiguo griego este apelativo significaba “BRIDAS”. Es la suma de los vocablos de “cabeza” y “cuerda”, es decir lo mismo que kara+unio, y es que Retógenes con gran pericia con las cuerdas construyó una escalera y audaz con las riendas de los caballos consumó su heroicidad, y eso fue conocido por todos, bien, por todos excepto por quienes deberían saberlo y habérnoslo explicado si su exposición de la historia hubiera sido correcta pero como no lo es, sólo parece y no pueden hacerlo. Y ese fue el sobrenombre que le dieron para la posteridad: RETÓGENES “EL BRIDAS” ¿No les parece, permítanme decir; algo sin igual? La verdad, aunque sea incómoda a veces para muchos, aun tarde siempre termina por aflorar y se revela.

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Les sugiero estudien mi publicación en la cual doy debida cuenta de todo ello con detalle: Cabrejas Iñesta, Enrique (Gener 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978-84-9030-665-9. Editorial Círculo Rojo. Almeria. DEPÓSITO LEGAL: A 1185-2012.




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