viernes, 26 de abril de 2013

LOS CATALANES


LOS CATALANES
enrique cabrejas©2013
e-nstitut ideal nol©2013

¿El nombre de Catalunya de dónde viene? ¿Qué significa? La primigenia Cataluña está en las coordenadas: 40 ° 21'14 "N ° veintidós 21'52"E. Hoy aun el pueblo está situado en la Tracia-Macedonia de Grecia a 21 km al noroeste de la hemosa Katerini, a una altitud de 390 metros. Sepan que los catalanes cuando algo nos gusta mucho y nos enamora lo expresamos justamente con la expresión encaterinar. En la actualidad Cataluña tendrá aproximadamente unos 300 habitantes. Su ocupación es el cultivo de olivos y cereales, así como el ganado. También tiene una cooperativa forestal, pues son una zona densamente forestada de pinos, álamos y abetos. Existen muchos interesantes sitios arqueológicos como es el propio Monte Piería, que es la sede de Orfeo y de las Musas. ¿Se lo pueden creer? Los catalanes siempre tuvimos grandes poetas y dimos una excelente poesía. Ahora comprendo mejor por qué, pero me parece cómo si lo estuviera soñando, sin embargo créanme, todo esto es absolutamente real. También allí está el Olimpo, la montaña más alta de Grecia (2.919 metros) donde tienen el trono los grandes dioses griegos. El sitio combina extensas llanuras, montañas y hermosas playas de arena. La capital Katerini, está a 6 km del mar y situada a los pies del monte. En la otra Cataluña, en la que yo vivo, también tenemos el mar y la montaña a tocar. Ellos en frente tienen la isla de Lemnos, donde encontré las Samotracias tierras de Katalako y Sardes. No estoy en Baqueira sino que estamos en la región de la Piería, en las laderas del Monte Olimpo, un buen punto de partida para los amantes del esquí. Miren, ellos, los catalanes griegos de la antigua Tracia-Macedonia no se explican que aun hoy compartamos una Cataluña a miles de kilómetros y nos llamemos de igual modo y ambos seamos “catalanes”. Por supuesto, el peso y el estatus en el mundo de una Barcelona internacionalmente conocida, les da a pensar que ellos sencillamente son una anécdota nuestra, y en cuanto a nosotros siquiera antes esto lo conocíamos. Pero ellos tienen una versión para explicarlo: El hecho de que el área donde se encuentra el pueblo sea un lugar fértil, les da a pensar de que el pueblo se llamó: Κατ-αλώνια “Dentro Alonia” en una clara referencia a un subsuelo idóneo para trabajos agrícolas. Pero ¿qué significa Cataluña? Se lo explico a continuación:

1
Κατ-
Dintre “Dentro”
2
-αλών-
terra “tierra”
3
-ια
fills de, “hijos de” (concordancia arcaica sacra)

El nombre original de Cataluña hace referencia a su fértil subsuelo. Es un sintagma o acrónimo que era el modo de escritura y la sintaxis común de los íberos y los celtíberos. Es la parte gruesa que está bajo tierra unida a la raíz. Y esto se expresa con Καταλώνια “Catalunya”, lo que es lo mismo que decir Dintre de la terra “Dentro de la tierra”. Pero Cataluña es una parte de un nombre que su original es compuesto: Καταλώνια Πιερίες “Catalunya Pagesia”. Y la prueba más evidente de que la etimología catalana no reside en el latín mal llamado vulgar se encuentra en la misma palabra Καταλώνια “Cataluña” que se escribe con la letra Ωμέγα “Omega”. La mayúscula es “Ω” y la minúscula es “ω” y es la letra 24 y última del alfabeto griego. El latín no posee este carácter en su abecedario, por eso cuando vemos escrito el nombre y lo vemos escrito en latín, al carecer de esta letra se sustituye por una “o” y se nombra “Catalonia”. Pero no se lo pierdan, que esto tiene mucha miga y es lo mejor de todo, ¿saben lo que hemos hecho los catalanes? Es extraordinario, pues desde el punto de vista fonético la antigua Ω griega no se vocaliza “o” porque es medio abierta “o” [ɔ ː] digamos que es similar a la inglesa “W” de la palabra “raw” o la “U” catalana de rauxa “sensatez”. Es decir, que por más que se hayan empeñado y la hayan mil veces escrito en latín usando la “o”, los catalanes a través de los tiempos y no importa en que lugar estuvimos, no hemos dejado ni por un instante de hacerlo como se debiera, y la hemos seguido tanto pronunciando como también escribiendo con “u”: Catalunya, al igual que lo hicieron nuestros antepasados en la lengua griego-tracia que da origen a nuestro idioma catalán, aun tuviéramos que escribirlo con ortografía latina. ¿No les parece extraordinario?

Sabiendo lo que sé, les diría que la causa no fue porque nos llamásemos así a nosotros mismos, sino que lo fue porque quienes nos conocieron sabían quienes fuimos. Me explicaré mejor. Ciertamente “los catalanes” es un gentilicio, pero no es un topónimo vinculado a un sitio concreto como pudiera parecer o pensarse, así a primeras. Poseedor de ese conocimiento debo de transmitírselo:

Hay que entender que limitar el sentido de “catalán” a un lugar o un mero asunto agrícola es suficiente, pero no es el motivo último por el cual nosotros somos los catalanes. Verán, está plenamente relacionado pero no es lo que originó el nombre. Su origen es más profundo de lo que nunca pudimos imaginar. Miren, han de saber una cosa importante de nuestros antepasados si quieren comprender esto de un modo perfecto, casi como si pudieran plenamente formar parte de ello. Nuestros antepasados fueron gentes extremadamente religiosas. Muy piadosos con sus ritos y sus dioses. Eran tiempos de pueblos paganos. Sin embargo nuestros antepasados eran distintos a su tiempo. ¿En qué consistía esa distinción? No eran exactamente lo que se entiende por paganos. Decir por el contrario que eran monoteístas en un sentido estricto no sería tampoco del todo acertado, siquiera lo sería decirlo de nosotros mismos hoy, aun también lo parezca. Dado que es innegable que nuestras creencias cristianas espiritualmente dan culto y damos oración no sólo a un Dios, sino también a una Santísima Trinidad, a las distintas Vírgenes, más los ángeles y también a todos los santos y beatos. Parece como si no hubiésemos renunciado a nada en todo este tiempo. En definitiva aquellos antiguos catalanes en la práctica, hacían lo mismo o parecido que nosotros, excepto que cambió el nombre del sujeto susceptible de recibir culto y a quien se dirigen los rezos. A eso se le llamó henoteísmo o monolatría y que literalmente significa “un dios” y que es la creencia religiosa, según la cual se reconoce la existencia de varios dioses pero sólo uno de ellos es lo suficientemente digno de adoración por parte de los fieles. Este es un matiz excepcionalmente relevante en este caso. Es lo que ocurría con nuestros pueblos íbéricos meridionales de la península ibérica. El nombre de “catalán” no es un término étnico aun pudiera estar relacionado con una etnia en particular, la tracia. El término “catalán” es un concepto cultural que trasciende más allá de lo que consideramos hoy Cataluña. Es su origen plenamente religioso el que hace que ser “catalán” sea lo que es ser catalán. El término “catalán” es tan milenario y antiguo, que para comprenderlo hay que remontarse al nacimiento de las creencias de la religión Ctónica (entrar en el inframundo). ¿Les suena de algo Sedetanos? Estrabón nunca nos lo dijo pero ahora se lo dice un servidor de ustedes, y por favor tomen nota que es importante; es decir en otras palabras "Pertenecer a la tierra de los Titanes".

Comprendo que se encuentren desconcertados y trataré de explicárselo mejor y con mayor detalle. Nuestros antiguos fueron pueblos “getas” “tanos” y “ones” y les dejo muestra: ilergetas, indigetas, aquitanos, iacetanos, ceretanos, lacetanos, layetanos, cosetanos, edetanos, lobetanos, contestanos sordones, ausones, ilercaones, etc. Todos ellos son “inmortales”. En realidad es lo que significa "...tano" y es un modo de llamar a los Titanes que justo eran los dioses de los íberos y los celtíberos. Todos esos pueblos tenían un denominador común y es que se les conocía por el culto que daban por encima de todo a un sólo dios llamado Inmortal o Divino con el nombre de “Bel”. Ellos creen que son inmortales en el sentido siguiente: Piensan que no mueren, que se unen a Bel o Belais. Y otro nombre para él es el de GeBeleizis o Zalmoxis, también lo escriben como Belaizis y se puede comprobar perfectamente en los manuscritos de Heródoto. Pero por favor, presten mucha atención porque, aun yo me estoy refiriendo a las tribus de la península ibérica, en cambio Heródoto no hablaba de nuestros celtíberos, sino que lo hacía de las tribus que se encontraban a miles de kilómetros de nosotros en las tierras de Tracia. Resulta que nuestros celtíberos meridionales y a los cuales Estrabón llamó “...tanos” y “...getas” profesaban las mismas creencias y daban el mismo culto que aquellos a los que Heródoto llama tracios y getas habitantes en los territorios de Grecia, los Balcanes, Rumanía, Bulgaria y Hungría.

¿Pero quién es este dios llamado Bel o Zalmoxis? Sabemos por Heródoto que los tracios mismos, cuando caían rayos y tronaba en el cielo disparaban flechas al aire, “ya que no creían que hubiera otro dios distinto del suyo.” No creían en otro dios que no fuera Bel. Les contaré más sobre el particular, según Heródoto los griegos del Helesponto y del Mar Negro dijeron sobre él que fue un esclavo en la isla de Samos y eso en tiempos remotos. Tras ser liberado, reunió grandes riquezas y una vez rico regresó a su tierra natal en Tracia, donde la vida era muy dura y las costumbres sencillas. “Zalmoxis después de haber vivido como el más sabio entre los griegos” – según dice Pitágoras – se había iniciado en los Misterios de Ἐλευσίς “Eleusis” en tierras del Jónico. Estos “Misterios” giraban en torno a la creencia de que había una esperanza de vida después de la muerte. Tal creencia se cultivó a partir de la ceremonia de introducción en la que la esperanza de los iniciados se les mostró en una serie de cosas, incluyendo la semilla de la vida en un sencillo tallo de grano. Y se dice que construyó un salón de banquetes, recibió a los jefes y compatriotas tracios en un gran festín. Él les enseñó que sus descendientes nunca morirían sino que irían a un lugar donde iban a vivir para siempre en una felicidad completa. Luego cavó una mansión subterránea y una vez terminada desapareció al bajar a su residencia “bajo tierra” donde vivió durante tres años. Los tracios que lo adoraban, lo extrañaban y lloraban temiéndolo muerto. El cuarto año regresó de nuevo, tal y como les había profetizado, y ellos así lo creían. Se dijo que fue un ser divino desde el país de los getas. Desconocemos que habrá de verdad o leyenda en todo esto, pero lo que está claro y es demostrable perfectamente es que los nombres tanto de Βελ (Bel) como el de αἴξ (Ais) están presentes y se repiten en muchas de nuestras ciudades celtíberas certificando ese indudable origen. Al menos en las ciudades de los Belos, sino escuchen y vean: ΒΕΛ (Bel) ΒΕΛΙΚΙΟΜ (Liceo de Bel) ΒΕΛΑΙΣΚΟΜ (Pueblo del Señor Bel) ΒΕΛΑΙΣΚΑ (La Casa del Señor Bel) ΚΑΙΣΚΑΤΑ (Lugar de la casa del Señor) ΚΟΝΤΡΕΒΙΑ ΒΕΛΑΙΣΚΑ (Con fuente de la casa del Señor Bel)

El debate continua entre investigadores muy conocidos, lejos de nuestras latitudes, sobre la religión de Bel (Zalmoxis). Ellos desconocen que a día de hoy haya transcrito y encontrado una genealogía tracia en la península ibérica, donde la llamada Tracología y que es la ciencia que estudia su historia deberá de sacar nuevas e inauditas conclusiones. Hasta la fecha únicamente afectaba a tribus tracias y dacias, a veces llamadas “getas” que se dieron lugar en las regiones del este y de las cuales los catalanes fuimos cognates. Hoy queda patente nuestra estrecha relación. Historiadores tales como Nicolae Densuşianu, Giurescu (padre e hijo), Ioan Coman, Parvan Vasile, Daicoviciu Constantin y Mircea Eliade han discutido del asunto, pues a Bel algunos lo consideran un dios del cielo, otros un dios de los muertos, y otros un dios de los misterios. A los antiguos catalanes ese debate les dio igual, ellos lo consideraban inmortal y para ellos era un ser celestial, mago y también Su Señor en las entrañas de la tierra. Así que el dios Bel o Belais como le llamamos en el oeste y Zalmoxis o Belaizis como le llamaron en el este, habría sido el dios supremo de los “getas” y/o los “dacios” y a cuyo lado coexistían otras divinidades no obstante menores que estaban estrechamente relacionados con él. Ellos pensaban que en realidad no morían sino que al salir de esta vida entraban al subsuelo para reunirse con él. Ese es el verdadero motivo y razón por el cual a los catalanes se nos llamó catalanes. Haciendo referencia a “entrar dentro del subsuelo” debido a nuestros ritos, a nuestras creencias. Justo la religión de los Θάνος “tanos”, la χθόνιος “Ctonica” significa: “debajo” o “bajo la tierra” relativa al suelo subterráneo y que designa o pertenece a las deidades y espíritus del fondo de la Tierra. Especialmente en relación con la religión griega que se refiere a la χθών “tierra” del interior en contraposición de la otra tierra, la Γαια “Tierra” entendida como una superficie habitable. Y quienes se relacionaron y supieron de nosotros en el pasado, son quienes nos llamaron de ese modo particular. Todo indica continuaron haciéndolo años más tarde, aun nosotros abandonásemos esas antiguas creencias y nos postrásemos con fe cristiana ante nuestro Señor Jesucristo. Aquello queda lejano y desconocido para las generaciones posteriores de catalanes, pero por fortuna tuve la suerte, el honor, y el orgullo de encontrarlo para desenterrarlo y comunicárselo a esta generación, con la esperanza puesta en que nunca se olvide y se recuerde para siempre.

Desde hace muchísimo tiempo fuimos, somos y seremos gent catalana. Ser catalán es un sentimiento profundo desde el principio de nosotros mismos y que se ha transmitido generación a generación de un modo inexplicable, pero que hoy es explicable de nuevo. Déjenme que les cite unos versos de la sardana más emblemática de Cataluña y que fue escrita por Àngel Guimerà y que parece que aun desconociendo todo esto, llevase impregnado consigo y en el subconsciente el sentimiento más original de la tierra catalana cuando escribió: “I canta a dintre de la terra, ... Som i serem gent catalana, tant si es vol com si no es vol, que no hi ha terra més ufana, sota la capa del sol.” (Y canta dentro de la tierra... Somos y seremos gente catalana, tanto si se quiere como si no, que no hay tierra más orgullosa bajo la faz del sol.) Cuando Guimerá dice: “A dintre de la terra” está nombrando a Cataluña.

Comprobé que los íberos y los celtíberos eran antiguos griegos y sus idiomas lógicamente también. Es por ello que conozco perfectamente el significado y la etimología de todas sus ciudades. Hoy sus arcaicos idiomas siguen siendo los nuestros pero romanizados, sin embargo los eruditos en el mayor escándalo de la historia universal son incapaces de reconocerlo porque un día admitieron sin comprobación que los iberos y especialmente los celtíberos fueron supuestamente tribus celtas cuando las evidencias muestran todo lo contrario. Eso jamás les permitirá explicar nada ni llegar a comprender nuestras costumbres y cultura, ni su lengua ni tampoco la que hoy son las nuestras. Por supuesto sé que eran antiguos griegos: minoicos y micénicos y lo conozco no porque sea algo que lo presuponga sino porque ellos lo dejaron por escrito en sus estelas, y yo puedo leerlas. Incluso es más, nos dieron su procedencia concreta. Y la pregunta que me hago es ¿hasta cuando van a ignorarlo? Por favor, compruébenlo. Yo ya lo hice.

Les sugiero que estudien mi publicación en la cual doy debida cuenta de todo ello con detalle: Cabrejas Iñesta, Enrique (Enero 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978-84-9030-665-9. Editorial Círculo Rojo. Almeria. DEPÓSITO LEGAL: A 1185-2012.


No hay comentarios:

Publicar un comentario