lunes, 15 de abril de 2013

LOS TOROS DE LIDIA


LOS TOROS DE LIDIA
enrique cabrejas©2013
e-nstitut ideal nol©2013

El legado de los iberos y celtíberos es tan colosal que resultaría imposible enumerarlo. La cuestión es que durante todos estos años, esta cultura y que es la nuestra, ha sido ocultada e ignorada. Lapidada ruinmente por sus oponentes y por los interesados en hacer recaer en otra lengua que no fuera propiamente la celtíbera toda la excelencia, cuando justamente los celtíberos tenían en el concepto de “Areté” aquello que significa el talento y la aptitud excepcional. Y estas cualidades las podríamos encontrar desde la gastronomía hasta las costumbres, y una de ellas son las tradiciones taurinas.

Al margen de las opiniones más o menos interesadas respecto a la fiesta de los toros, se ha dicho de la tauromaquia que proviene del idioma griego: ταῦρος, “toro” y μάχομαι “luchar”, y que se refiere a todo lo relativo a la práctica de lidiar toros y se remonta a la Edad de Bronce. Es cierto. Es un alivio para mí, porque ni se imaginan lo mucho que me duele tener que estar corrigiendo todas las barbaridades que he leído en todo este asunto, y todo indica que seguiré leyendo durante bastante tiempo. Sí, efectivamente éste es un arte que los celtíberos practicaron y que trajeron consigo a nuestra península. En las monedas que acuñaron los podemos ver como lanceros a caballo.

San Fermines en Pamplona, San Sebastían de los Reyes en Madrid, Cuellar en Segovia, Medina del Campo en Valladolid y en definitiva numerosos pueblos de España son sinónimo de la fiesta nacional, corridas de toros y encierros de toros. En el entorno ibérico, cada festejo y cada pueblo tiene sus propias señas de identidad y tenemos los encierros de toros, las sueltas de toros y vaquillas, capeas, espantes, los toros ensogados, los toros embolados o de fuego, recortadores, también lidia de los forcados portugueses o las corridas vasco-landesa y la camarguesa en Francia, casi ná. Todo ello tiene su origen en la caza del toro que practicaban los celtíberos en toda la península ibérica. Es una costumbre ancestral y por tanto no exenta de polémica entre sus conservadores versus sus detractores, pero en cualquier caso aquí no se discute eso, sino lo que se dirime es su procedencia, y es claro que los rituales taurinos han expresado y aun expresan la antiquísima costumbre de correr toros, tanto desafiándolos como asumiendo un riesgo a cuerpo limpio. También el lanceo se fundó tanto en la tauromaquia popular cómo de los ejercicios y los entrenamientos militares por parte de la nobleza celtíbera corriendo toros a caballo, y en sus monedas podemos perfectamente apreciarlo. Con el paso del tiempo, algún valiente y arrojado recorría los pueblos ofreciéndose como matador de toros, y con los años fueron mutando hacia una tauromaquia moderna, cuya máxima expresión son aun hoy las populares corridas de toros y los encierros.

Veamos que dicen los eruditos y expertos al respecto de los “Toros de Lidia” y concretamente de su existencia: “La respuesta es sencillamente NO, y podemos dar argumentos al respecto ... No existen caracteres morfológicos propios de los toros de la hipotética raza de lidia,... No conocemos ni una sola descripción científica de los caracteres diferenciadores de la hipotética raza de lidia. Y ello a pesar de haber consultado una muy amplia bibliografía. La razón es sencilla: no puede ser descrito lo que es inexistente... La afirmación de que no existe la raza de lidia, no es evidentemente sólo nuestra...”

¡Huy! parece que ya lo tienen claro, y entonces ¿qué les digo yo ahora? Ciertamente todo lo tienen perfectamente razonado pero si no fuera por el nimio detalle de que los toros de lidia sí que existen, sólo que para comprobarlo deberán tomarse la molestia de buscarlos un poco lejos de los ruedos y de España. Justo en el lugar de los orígenes de los celtíberos y que son quienes los trajeron a nuestro país en sus imponentes navíos. A los toros de Lidia podrán verlos estampados, si les apetece, en la extraordinaria cerámica de la región de λυδια “Lidia”. ¡Ay! Casi se me olvida ¿dónde se fundó la ciudad de Lydia? Pues nada menos que en ταῦρος, es decir el “Monte Taurus” de la península de Asia Menor.

Finalmente déjenme decirles la exclamación tan popular en los ruedos y en los tablados de Ole y Olé. Por descontado tiene una procedencia ibera y celtibera que se remonta a los tiempos de los orígenes de la ancestral fiesta. Procede de una contracción gramatical griega antigua, es decir totalmente ibera y celtíbera: συν·απ·όλλυμι (συναπ+ολ(ε)·(σ)-/συναπ+ολε·σ-) y que corresponde al verbo: “Aniquilar”, συναπ+ολε·σ “mátalo”. En realidad se trata de un verbo Aoristo en 2ª persona singular: συναπ·ολε·σῃς: “Tu debes matarlo”. Tal vez sea duro el grito de Ολε “mátalo” pero las tradiciones antiguas así lo fueron, máxime cuando se trataba de dar muerte al toro. Ese grito es el que se le daba al matador para que diera la estocada final o para descabellar al morlaco. Hoy ha perdido toda su significación primigenia y tampoco no suena con esa dureza, pues se generalizó a la suerte de la lidia en general o para animar bailes. Luego por imitación y contagio se universalizó para terminar asimilado al resto de los espectáculos y también de los deportes. En la actualidad lo exclaman y es cántico de infinidad de aficiones para alentar a sus respectivos equipos, como es en el claro caso del fútbol. Así son los idiomas, que derivan y se prestan unos a otros, y éste es del nuestro propio que tuvo sus primeras voces en el ibero y en el celtibero (antiguo griego), aunque la RAE no diga nada ni lo haya resuelto satisfactoriamente todavia. Están a tiempo de rectificar, afortunadamente aun perduran en nuestra lengua: ole y olé.

Comprobé que los íberos y los celtíberos eran antiguos griegos y sus idiomas lógicamente también. Hoy siguen siendo los nuestros empero romanizados, sin embargo los eruditos en el mayor escándalo de la historia universal son incapaces de reconocerlo porque un día admitieron sin comprobación que los iberos y especialmente los celtíberos fueron supuestas tribus celtas cuando las evidencias muestran todo lo contrario. Eso jamás les permitirá explicar nada ni llegar a comprender nuestras costumbres y cultura, ni su lengua ni tampoco la que hoy es la nuestra. Quienes fueron realmente los íberos y los celtíberos pero algún día deberán afrontar ese reto y comprobarlo fehacientemente.

Verán, los celtíberos septentrionales hablaban la lengua proto-griega Frigia. En realidad, la lengua de los celtíberos y la frigia es la misma lengua, pero escrita de otro modo. Los celtíberos en ningún caso pudieron ser celtas porque no hablaban ese idioma. Fueron antiguos ελλαςhelenos”. Por supuesto sé que eran antiguos griegos: minoicos y micénicos y lo conozco no porque sea algo que lo presuponga sino porque ellos lo dejaron por escrito cristalinamente en sus láminas y estelas, y yo puedo leerlas. Incluso es más, nos dieron su procedencia concreta. Y la pregunta que me hago es ¿hasta cuando van a ignorarlo? Por favor, compruébenlo. Yo ya lo hice.

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Les sugiero que estudien mi publicación en la cual doy debida cuenta de todo ello con detalle: Cabrejas Iñesta, Enrique (Gener 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978-84-9030-665-9. Editorial Círculo Rojo. Almeria. DEPÓSITO LEGAL: A 1185-2012.

Comunicado por Enrique Cabrejas Iñesta con fecha 10 de Abril de 2013 (Barcelona)

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